Acabo de contarle esta historia a mi amigo Vicente Ortiz, que se debatía entre ir a una lectura de poemas o quedarse viendo el Málaga, y no me resisto a compartirla. Ea.
"yo soy der cádi, manquepierda
nunca me he identificado con ganadores
(hay un corto maravilloso que se titula "campeones"
muy recomendable)
fui del barça por esas razones sin razón:
con 4 años me tocó una camiseta de plástico,
tipo bolsa del mercadona, con un chicle
y a mi madre una del betis
y ahí nos hicimos las dos
(mi padre detesta el fútbol y cualquier deporte)
un día el celta iba a bajar, e hice la promesa rara
(siguiendo una tradición familiar
en la que mi madre prometió dejar de comer aceitunas
durante un año
si el papa se salvaba del atentado)
de hacerme del celta durante toda una temporada
y no bajó y me fui a vigo a comprarme una bufanda
y no me retraté con celestino, su mascota, de milagro
de promesas raras sigue viviendo feliz el hombre (y la mujer)
y después me dije, qué narices!
si mi madre es de cádiz
si yo me he casado y vivido en cádiz
si adoro cádiz y su afición!
y me compré otra bufanda
y ahí estoy
pero el otro día vi subir desde la terraza
calle arriba
a un montón de gente con las manos en los bolsillos
(pensé en soldados que volvían de la guerra)
y fui a por la bandera, la del málaga
y le metí el palo de la fregona, mocho incluido
y me puse a agitarla y a gritar
que todavía podíamos ganar
"podíamos", atiende
por una parte
sintiéndome ya perdedora
por otra infatigable
y hoy se puede o algo
y si no, pues nada
pero mola sentir ese algo
de que ganar es bonito
sin más"