Como cada cual de vosotros
la vieja idea (la vieja desgracia)
de llevar poblado el estómago
no de cansancio no del tronco de la sabiduría,
de piedras para una sola montaña
-banquete pobre de dioses
que entorpecen con su barriga de tortuga quieta
el libro de los tientos
del que sólo se puede decir
he hurgado.
Antonio Muñoz Quintana
El proceso de alterar la vigilia (Parasol, 1995)