cierra lo ojos, dime qué ves

Aguanieve (Ed. Isla de Siltolá) de Ramiro Gairín.
Hay palabras evocadoras. Si lo son, es porque saben nombrar. Decir "Aguanieve", en alto, nos transporta. A Gairín lo lleva a Oriente: jaikus que gotean sus delicadas imágenes, uno sobre otro, para formar un solo poema.

la niebla toma
forma de perro y ladra
siempre a las ocho
un día folio
amanecen las nubes
color baldosa
la calle helada
eres una libélula
viniendo a mí

(Pgna. 22)

música, maestro

Orquesta de desaparecidos (Ed. Hiperión) es el nuevo libro de Francisco Javier Irazoki. Nuevos textos breves que continúan sus viajes en el tiempo y que iniciara con Los hombres intermitentes. Sus viajes, en plural, porque no sólo viaja una vez. Notas del pasado, notas de amor (como todo lo que toca). ¿Poesía o prosa? Depende de quién lo lea. Él tiene ese don.

"De su interior, de las simas del pánico, sacamos estas pocas palabras: el triunfo consiste en no haber herido." (Pgna. 65, fragmento).

ser consciente, además de poeta

Cambio de rasante (Ed. Baile del sol). Itzíar Mínguez ha vuelto a hacerlo. Ha vuelto a agarrar la realidad que tiene al alcance de la mano (dentro y fuera del cuerpo) y nos lo deja como quien no quiere la cosa (a veces con serenidad, otras con rabia) para que no nos perdamos si no vemos claro el camino. Ecos de otro grande: Karmelo C. Iribarren (a quién dedica el libro). Siempre sorprendente la unidad que es capaz de darle a sus libros. ¡Qué envidia, niña!

A-Z

Antes tenías agenda
y amigos a quien llamar
en fechas señaladas
cumpleaños
navidades y cosas así
incluso te sabías de memoria
algunos teléfonos

en cambio
ahora
todo parece excesivo
injustificado

no hay nada que celebrar
te estás haciendo viejo

y no quieres

(Pgna. 50)