(esto sí que era una app, y lo demás cuento) |
Cuando comenzó el confinamiento me apunté como voluntaria (todavía no me han llamado). Entre los datos que pedían: profesión. Me lo pensé: escritora. Me cuesta mucho decirlo. No me gano la vida escribiendo ni me gustaría que escribir se convirtiera en una profesión. Si me preguntan, digo que me gusta escribir aunque lo que de verdad me gusta es verme escribiendo. Me produce la misma infantil y excitante sensación que con aquellas libretas que se llamaban Lápiz mágico. Pasabas un lápiz con cuidado por la superficie y aparecía un dibujo. Para mí escribir es eso, pasar la punta del lápiz por el papel y que aparezca una historia.