apuntes para un presente poeta

a algunos poetas les crecen los enanos,
a otros los premios (y los rosales)

también los hay que
tienen la manía de empezar los periódicos
por la última página, yo lo hago con los libros

si es una novela, lo primero que leo
es la palabra que la cierra,
si es un libro de poemas leo completo el último

una manía como otra, supongo

También la verdad se pierde.
Todo puede perderse.

así acaba "apuntes para un futuro manifiesto"
(premio de poesía hermanos argensola, 2009)
de fernando luis chivite,
el poema se titula, nada menos, "sentencia firme"

me sorprendería si no lo conociera
(que no lo conozco),
me sorprendería si no hubiese leído
todos sus libros anteriores
(que los he leído),
así que me dispongo a deshacer el camino
de un salto hasta el principio

chivite es un optimista, aunque él no lo sepa
(en "la inmovilidad del perseguido", hablaba
con menos de 28 años, de la juventud perdida)
vale, un optimista angustiado,
optimista al fin y al cabo
porque el final de su novela "insomnio"
(premio café gijón de novela, 2005)
es el mejor manual de instrucciones para ser feliz
que he leído en mi vida,
optimista porque sigue escribiendo
después de tantos años
aunque uno de sus personajes diga
que la literatura no salva

el optimismo está sobrevalorado, diría él
(como si lo conociera)

en este libro
vuelve a dibujarse como un antihéroe,
cada uno de sus poemas es una guerra civil,
chivite es una guerra civil donde no lucha
donde no se defiende,
pequeñas batallas con las cosas sin importancia
donde nunca gana nadie,
aunque yo creo que él sabe que
permanecer quieto ya es ganar y, de algún modo
sonríe satisfecho,

y contarlo, contarlo con su precisión característica
también es ganar, ¿a qué?, ¿a quién?, no sabemos
a la angustia, al tiempo, a la muerte
cualquiera sabe

siempre me han gustado los personajes de sus libros
porque esperan sin saberlo o sin querer saberlo,
porque no gritan, porque hablan
de las cosas importantes en la cocina
y beben el vino en vaso

dice este extraordinario poeta que escribe novelas
(porque fernando luis chivite es ante todo poeta)
que todo puede perderse,
pero yo sé que él sabe que nada se pierde

ojalá, ¿verdad chivite?
ojalá algunas cosas se perdieran para siempre
como la luz fría de algunas mañanas de la infancia

por eso me acuerdo ahora de su libro "la tapia amararilla"
(premio de narrativa pío baroja, 1995)
sin duda el mejor y más doloroso poema
que he leído en mi vida
y al que siempre vuelvo de modo enfermizo

no, nada se pierde, decía rosales
(no los de su jardín, el otro rosales)
la luz siempre vuelve,
la temperatura de la luz
sobre una tapia siempre vuelve,
esa maldita tapia caprichosa
que a veces protege, a veces amenaza

todo vuelve, pero de qué modo,
diría nuestro amigo checo
(como si lo hubiese conocido)

"apuntes para un futuro manifiesto"
comienza con esta cita de holan:

El pensamiento perdido en los ojos del unicornio
reaparece de nuevo en la risa del perro.

si hubiese empezado el libro por el principio,
al llegar a su "sentencia firme"
me habría ido a la cama con un regusto amargo
que nada tiene que ver con mi idea de chivite,
pero la cita inicial contradice el último poema
y eso me gusta
y me invento que él ha querido que así sea
que ha ordenado el libro
pensando en maniáticos como yo
para que nos vayamos esperanzados,
de algún modo, a dormir

holan y su eterno retorno particular
chivite y su oculta pasión por la termodinámica

todo se transforma, nada se pierde
y los libros de chivite no van a perderse
(y que no se los pierda nadie)
porque son buenos del derecho y del revés