todo está bien
hay días
en los que la luz nos toca, nos empapa
de algo muy parecido a la felicidad
sólo porque al abrir la ventana
del cuarto de baño
el sol, atravesando el vapor
se posó sobre los azulejos húmedos
y nuestra mano se fue ahí
a esos azulejos
y los acarició intentando retener algo
mañanas que nos hacen pensar
que podríamos mantener
ese estado de bienaventuranza
para siempre
la luz se va
y los azulejos se enfrían
pero la luz
siempre vuelve