(el salto que di cuando me publicaron Hombre lento) |
No sé si es que tengo nostalgia de futuro pero cada vez que escribo 2020 le añado un dos. No me he pensado en serio si querría ser inmortal, pero cuánto me gustaría poder asomarme al 20202 un momentito. Quizá por fin vistiéramos todos de submarinistas como prometían las películas de los 70. Las prefiero al futuro caótico y hacinado de Blade runner, por ejemplo. Se ve que me va el orden. Muchas veces pienso en La fuga de Logan, pienso en ella y me da calma. No me parece mal la eutanasia programada. Eso sí, voluntaria, no cuando un comité de ancianos reviejos lo decida. Vi Midsommar con esa ilusión y no (no digo más). Otra película que me calma es El congreso. Desde niña quise ser un dibujo animado. Cuando leía Pumby hacía una recortable a mi imagen y semejanza, del tamaño de los dibujos, y la movía de una viñeta a otra para vivir con ellos gloriosas aventuras. Además, los dibujos animados no tienen que pensar qué se ponen cada mañana. Mi ideal de armario es un par de pantalones negros y siete camisetas idénticas. Por otra parte, aunque lleve quince días en casa, no he estado en chándal (no tengo), pijama, ni en zapatillas, en ningún momento.