me gustan las columnas de f.l. chivite
no sólo por el cómo
también por el desde dónde
no es lo mismo, por ejemplo,
mojarse hablando de la iglesia
desde extremadura que desde navarra
dicho esto
me limito a c&p su columna de hoy
EN LOS MALOS MOMENTOS SE DICEN MUCHAS TONTERÍAS
EN los momentos críticos, ya me entienden. La gente se ofusca o no sé qué. Nos ponemos todos un poco nerviosos. Es normal. Cuando todo va bien, parece que las palabras no tienen tanta importancia. Pero cuando las cosas se ponen chungas de verdad y urge actuar con sensatez, entonces resulta que es cuando se dicen y se hacen las mayores bobadas. No siempre con mala intención, de acuerdo. Pero, hay que joderse con las buenas intenciones. Estoy pensando ni más ni menos que en la huelga de funcionarios convocada por los sindicatos. Uf, qué fatiga, amigos, qué astenia primaveral. Voy por un botellín a la nevera y ahora vuelvo. ¿Una huelga de funcionarios? ¿Qué demonios es eso? La primera vez que lo oí me quedé con la mente en blanco. Y luego, lo primero que pensé fue: ¿una huelga de quién contra quién? ¿Una huelga de todos los funcionarios? ¿Paralizar el país? ¿Contra Zapatero? Miren, yo soy funcionario y no pienso hacerla. Sencillamente, me da vergüenza. Sobre todo considerando el elevado índice de desempleo y la precariedad laboral que hay a mi alrededor. Por más que lo pienso, no veo para qué serviría ahora una huelga de funcionarios. Puede que le molestara a Zapatero, vale. Pero creo que aún molestaría más a la población en general. Y a los parados en particular. Por no hablar de que aquí, al gobierno foral, a lo mejor hasta le hacía gracia. Además, me da que Zapatero está ya en las últimas y lo sabe. Era ingenuo pensar que las reglas del juego financiero podían cambiar a voluntad de los políticos en un mundo gobernado por el dinero. Si algo está claro, es que en los momentos duros el sistema tiende a aumentar la tensión, a extremar sus mecanismos de defensa y a activar su instinto agresivo. De todas formas, el gobierno tiene que decirle a los funcionarios y a los pensionistas una cosa que aún no ha dicho: que en algún momento, cuando sea, les devolverá lo que ahora les quita. Espero esa promesa de Miguel Sanz. Me parece que no es mucho pedir. Por lo demás, ahí va mi 5%, señor. Ya me dirá lo que piensa hacer con él.
por f.l. chivite - Miércoles, 19 de Mayo de 2010 -
y cada miércoles en:
http://www.noticiasdenavarra.com/opinion/columnistas/el-farolito
no sólo por el cómo
también por el desde dónde
no es lo mismo, por ejemplo,
mojarse hablando de la iglesia
desde extremadura que desde navarra
dicho esto
me limito a c&p su columna de hoy
EN LOS MALOS MOMENTOS SE DICEN MUCHAS TONTERÍAS
EN los momentos críticos, ya me entienden. La gente se ofusca o no sé qué. Nos ponemos todos un poco nerviosos. Es normal. Cuando todo va bien, parece que las palabras no tienen tanta importancia. Pero cuando las cosas se ponen chungas de verdad y urge actuar con sensatez, entonces resulta que es cuando se dicen y se hacen las mayores bobadas. No siempre con mala intención, de acuerdo. Pero, hay que joderse con las buenas intenciones. Estoy pensando ni más ni menos que en la huelga de funcionarios convocada por los sindicatos. Uf, qué fatiga, amigos, qué astenia primaveral. Voy por un botellín a la nevera y ahora vuelvo. ¿Una huelga de funcionarios? ¿Qué demonios es eso? La primera vez que lo oí me quedé con la mente en blanco. Y luego, lo primero que pensé fue: ¿una huelga de quién contra quién? ¿Una huelga de todos los funcionarios? ¿Paralizar el país? ¿Contra Zapatero? Miren, yo soy funcionario y no pienso hacerla. Sencillamente, me da vergüenza. Sobre todo considerando el elevado índice de desempleo y la precariedad laboral que hay a mi alrededor. Por más que lo pienso, no veo para qué serviría ahora una huelga de funcionarios. Puede que le molestara a Zapatero, vale. Pero creo que aún molestaría más a la población en general. Y a los parados en particular. Por no hablar de que aquí, al gobierno foral, a lo mejor hasta le hacía gracia. Además, me da que Zapatero está ya en las últimas y lo sabe. Era ingenuo pensar que las reglas del juego financiero podían cambiar a voluntad de los políticos en un mundo gobernado por el dinero. Si algo está claro, es que en los momentos duros el sistema tiende a aumentar la tensión, a extremar sus mecanismos de defensa y a activar su instinto agresivo. De todas formas, el gobierno tiene que decirle a los funcionarios y a los pensionistas una cosa que aún no ha dicho: que en algún momento, cuando sea, les devolverá lo que ahora les quita. Espero esa promesa de Miguel Sanz. Me parece que no es mucho pedir. Por lo demás, ahí va mi 5%, señor. Ya me dirá lo que piensa hacer con él.
por f.l. chivite - Miércoles, 19 de Mayo de 2010 -
y cada miércoles en:
http://www.noticiasdenavarra.com/opinion/columnistas/el-farolito