caminar como un árbol de patricio rascón


Encontré su libro, sus árboles, su huerto y a todo él en el buzón. No me aguanté a la mañana siguiente y me lo he paseado entero. Porque los libros hermosos no se leen, se pasean.

Qué placer leer a Patricio Rascón, con qué naturalidad cuenta y arrastra. Entran ganas de tener un huerto y hasta de talar un limonero.

Y no sé si la soledad (interior) la traemos de serie o cuando llega se instala para siempre.

Ahora Patricio tiene nietos. La vida se alimenta de vida. Está salvado. Y yo con él.

Que un libro salve una mijita, aunque sea por un rato, es mucho.