el aborigen (o vivan las causas perdidas)

la cultura es una causa perdida desde siempre

es verdad que todo se puede resumir en una frase,
quizá no debería decir más,
pero tengo ganas

el domingo subí a cercedilla para ver a unos amigos
y encontré un milagro

el pintor javier ruiz
ha convertido un cine de los años 50 en "el aborigen"

el hall es una galería de arte personal:
hiperimpresiorrealismo magicotrágico

me lo acabo de inventar, vale
pero aseguro que no hay ismo que se le acerque más,
aunque en su caso habría que decir istmo
porque creo que sus cuadros nos unen
a algo mucho más grande

retratos de cosas normales desenfocadas
y desencuadradas
un candado, un tomate, una cinta métrica
o una salamanquesa sobre una tapia amarilla
que quizá se escapó de un cuadro africano de barceló
para vivir al fresco

después el bar
un bar con columnas, estufa
rincón con libros y mecedora de cretona

si esa tarde hay cine, en el bar hay que hablar flojito
porque del séptimo arte sólo nos separa una cortina

abajo, en los servicios, marilyn y un toro:
aunque no se tengan ganas hay que bajar esa escalera

mientras leo en sus ojos el cansancio
la dignidad de ese cansancio, su dulce arrogancia
pienso en por qué no hay nadie allí
por qué los habitantes de cercedilla, de madrid
y del mundo entero no hacen cola a la puerta

también pienso en que cualquier día
una ley de un partido, cualquiera, se levante atravesada
y decida convertir ese edificio en un centro comercial
o, lo que es lo mismo, en un solar para tontos

me despido deseándole suerte, dándole las gracias
por ofrecerme la posibilidad de haber estado allí
y regalarme un micronaufragio abstracto digno de feito
que aprieto en el puño
como si el mar se me pudiera ir entre los dedos

después de los abrazos,
a mis amigos se los traga una calle sin farolas
y en el bus de vuelta, a todo volumen
la realidad gana 3 a 0 según los comentaristas

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